Por Carmen Lucía Alvarado
Las palabras de dos poetas mexicanos de la Vanguardia, Jorge Cuesta y Gilberto Owen, abren el camino hacia dentro del alma, del cuerpo, pero sobre todo, del la casa. El poeta mexicano, José Landa, ganador de los Juegos Florales Hispanoamericanos con su poemario "Casa en la mirada" no vacila en utilizar un espacio físico, real y cotidiano como escenario de la mutación del alma, como un resultado de la mera convivencia del poeta con su entorno. Todos los elementos de la existencia no necesitan más que cuatro paredes para germinar, con agua y aire convertidos en cosas que pasan entre habitaciones y sonidos que se mueven entre un buró y las ideas cayendo a un teclado, en un día cualquiera.
El exterior, el paisaje y la vida fuera del rectángulo de los días bajo techo, son una forma de sentir, ajena, que funciona más bien como una referencia seudo-visual e intuitiva, en la que se unen las palabras por una comparación de los sentidos y los objetos,“ (…) un bosque donde plantas, ríos, árboles son La sombras de los objetos cotidianos.”
La luz de las palabras en una luz somnolienta y desvelada, los días son porciones de espacio cargadas de palabras, creando esquinas, uniendo recovecos e imaginando amaneceres.
21 poemas se unen en palabras directas y una mirada que conecta la imagen de la soledad antes del amanecer. Humedad y pensamiento corren el riesgo de confundirse entre sí, pues marcan el paso de una silueta que se gasta lentamente, en pequeños pasos, en unos cuantos metros cuadrados. Son ideas que entran en el entorno del lector con cierta ligereza, pues para nada son imágenes ajenas, son ventanas, zapatos, teclados, etc., pero esas imágenes de la monotonía se trabajan a través de la mirada de la experiencia poética en la que las goteras o la humedad son la constancia de que existir “Es este estar aquí, de la memoria, este escribir por dentro de nuestra historia de aromas, tactos, ruidos y sabores que torpe olvidas, tiempo en el viraje del signo interrogante de tu viaje”.
3 comentarios:
José es, sin duda alguna, una voz refrescante en la poesía. apenas estoy empezando la lectura de su obra y veo por qué fue ganadora. el intimismo es común entre los seres humanos, quizá por ello la identificación es plena.
Interesante tema. Habrá que leer los poemas. Saludos.
Por cierto, si alguien quiere tener acceso a los trabajos ganadores de los Juegos Florales. Vayan a la Biblioteca Municipal o a Casa de la Cultura y soliciten un ejemplar. Es gratis.
Saludos...
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