viernes, 27 de abril de 2007

Inocencia poética

Receta para deshacerse de la lumpereza:
- Déjese arrullar temprano por el murmulencio, bajo el lunor dominical.
- Levántese y distraiga la tristesinra imaginando flapigozos frente al espejo.
- Más tarde, cuente despacio hasta tres y no trate de retener los fruspiros.
…¡Pinochadas!, la lumpereza es inevitable.


Tenía razón el poeta portugués Fernando Pessoa cuando en su Libro del desasosiego afirmó: “Los niños son muy literarios porque dicen como sienten y no como debe sentir quien siente, según otra persona”.
En ellos las imágenes fluyen, espontáneas. Reflejo de la realidad mágica que sólo regala la niñez (y cuando uno crece: la literatura).
A Blanca se le quebró la navidad; Marta no quiere irse al cielo porque su mamá no le da permiso; y un niño portugués, en 1930, manifestó, triste, sus ganas de lágrimas.
La clave está en escucharlos con atención, en darles rienda suelta para que hablen, para que escriban.
El desaparecido escritor guatemalteco Luis de Lion lo hizo alguna vez. Organizó un taller para niños y los puso a escribir. El resultado fue publicado más tarde, por la Editorial Cultura, como un testimonio de ese estado de inocencia al que parece ser necesario volver, para dejar de lado las pretensiones, las estructuras y reaccionar ante la realidad de manera lúdica, clara, llena del asombro infantil que se pierde con los años.
Durante el recién clausurado Congreso Internacional de la Lengua Española realizado en Colombia, los niños también tuvieron su espacio.
Paralelo a la actividad se llevó a cabo el Congresito de la Lengua en el que, 52 niños colombianos, se dieron a la tarea de rescatar del olvido diez palabras (modorra, embeleco, embrollo, menjurje, entre otras) e inventar otras diez, que no me resisto a compartir:

1. Flapigozo: expresión de felicidad, explosión de gozo.
2. Murmulencio: murmullo que se oye en el silencio.
3. Tristesinra: tristeza que se siente como un huequito en la barriga, y que no tiene una razón definida.
4. Pionilla: peinilla que se usa para sacar piojos.
5. Lunor: luz de la luna.
6. Hormonado: muchacho que come mucho.
7. Fruspiro: suspiro ahogado y repetido que se produce al bañarse con agua helada.
8. Pinochada: mentira que va creciendo cada vez más. 9.
Japisteza: sensación de tristeza y alegría al mismo tiempo.
10. Lumpereza: pereza, que da los lunes, de ir al colegio o a trabajar.

Cuenta uno de los testigos que, al final de la actividad, elaboraron panes para representar a las palabras, y, como parte de un ritual mágico, los compartieron con la comunidad para que esta también las hiciera suyas.

lunes, 23 de abril de 2007

Luna Park: una propuesta cultural para Xela

“…Construyeron castillos en el aire,
¡Y si sus sueños
hubiesen sido ciertos algún día,
existieran fabulosas ciudades de milagro,
fabulosas, fabulosas, fabulosas!”
Luis Cardoza y Aragón ( Poema 2/ Luna Park)

Quetzaltenango tiene eslogan propio. Su nombre se ha convertido casi en un símbolo. Es inmediatamente asociado con toda una tradición cultural e intelectual. La cuna de la cultura, le dicen. Emperifollada, solemne, casi mítica, y a no ser por recientes esfuerzos alternativos, se podría afirmar que es heredera de una tradición artística en peligro de extinción.
Y con esto no me refiero a que el campo esté muerto. La gente trabaja, se mueve, crea, se organiza, sale a la calle.
El dinero para importar opiniones, visiones, trabajos no existe. Los sueños, las ganas, los proyectos, sí. De esta manera la cultura queda simplemente asociada al nombre de la ciudad como un fantasma agradable e inofensivo.
Dan testimonio de todo esto, entre otros, los medios de comunicación social del área, que si bien guardan un espacio para “la cultura”, muchas veces no le dan el uso esperado. Esas plazas terminan por desaparecer o, simplemente, son sustituidas por un breviario del entretenimiento y la farándula: dos especialidades que resultan ser un “relleno” más productivo financieramente hablando.
A ello se une la poca promoción a nivel del Gobierno local, que no pasa de continuar con el apoyo a los tradicionales certámenes establecidos de Literatura y Pintura, ni de asociar su apoyo a la cultura, únicamente con las manifestaciones del folclor local.
Lo anterior, aunado al inexistente fomento cultural dentro de las familias, y al muchas veces inapropiado tratamiento de la literatura que tienen los establecimientos educativos - Con esto último me refiero a la imposición de varias lecturas que necesitarían de cierta madurez literaria para su apreciación (El señor Presidente, de M.A Asturias es un claro ejemplo); o por el otro extremo, a la preferencia de textos de autoayuda - tienen como resultado un alejamiento permanente entre juventud y arte, nacido del prejuicio, malamente adquirido, de que el arte es algo aburrido al que solo se dedican los adultos.
Por todo esto surge el proyecto Luna Park, una revista de difusión del arte y la cultura para Quetzaltenango.
Su nombre remite a varios aspectos que vale la pena resaltar:
· Luna Park es el título del libro de juventud de uno de los más grandes escritores guatemaltecos del siglo XX: Luis Cardoza y Aragón.
· El libro, perteneciente al movimiento vanguardista, trae, implícita, la idea de la experimentación propia del movimiento literario.
· Su contenido manifiesta toda la fuerza vital de los veinte años del autor.
· Según el diccionario, el nombre Luna Park, en inglés, se refiere a un “parque de diversiones o de entretenimiento”. Definición que encaja con el espíritu de la revista.
· Si bien, el nombre podría significar todo esto para las personas ligadas a la literatura, también puede servir para que los que la desconocen realicen asociaciones mentales: en el primer caso, la palabra Luna tiene una relación directa con la “identidad quetzalteca” perfilada por su famosa melodía Luna de Xelajú. Y Park, según su traducción literal del Inglés, nos remite a Parque, un centro de reunión y convivencia del departamento.

Así pues, hoy que el mundo celebra el día del libro, lanzamos este prolegómeno de nuestra Luna Park que, a partir de agosto, se convertirá en el primer medio electrónico de su especie – en xela- dedicado especialmente a la difusión de la literatura y el arte en general. He aquí la primera piedra de este castillo flotante.