viernes, 28 de septiembre de 2007

El Cuarteto de Bellas Artes de México, en Xela


La actividad cultural de Quetzaltenango no se detiene. El miércoles por la noche, el Tetaro Municipal se llenó durante la participación del Cuarteto de Bellas Artes de México.

El colectivo, integrado por dos violines, una viola y un violonchelo, especializados en música de cámara y contemporánea, interpretó obras de Manuel Ponce, Silvestre Revueltas y Manuel Enríquez, entre otras.

La actividad estuvo organizada por Lucía Ochoa y su proyecto “Devolvámosle la cultura a la cuna”, y contó con el apoyo de la Embajada de México, el Consulado de México en Quetzaltenango, y Mosaico Cultural.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Los Juegos Florales que soñamos


Por: Carmen Lucía Alvarado y
José Gerardo Muñoz

Unos días después de la semana de la feria en Quetzaltenango, la ciudad luce como una casa después de la fiesta: basura, desorden, adornos caídos, más basura, y muchas ideas que se quedan como un eco perdido entre el barullo de los auto parlantes en las calles, y micrófonos en veladas aletargadas.

De las ideas que quedaron y las propuestas que siempre han existido tratan estas palabras, que ahora encuentra el lugar idóneo en donde pueden ser expresadas y no quedarse tras el bochorno que provocan ciertas actividades en la “cuna de la cultura”.

La velada de los Juegos Florales ha sido muy criticada por ciertas minorías que disfrutan de la literatura y del arte como tal, pues debe soportarse la mezcla entre literatura y certámenes de belleza, entre otras cosas.

Entonces ¿Cuáles son los cambios que proponemos?

Sabiendo del peso que tienen las obras ganadoras, debe considerarse la posibilidad de separar la velada de coronación, de la premiación de las obras, pues de la forma en que se acostumbra a hacer la velada pareciera que las letras quedan como una atracción extra a la par de la belleza de la reina elegida.

Si bien las personas que integran la junta mantenedora de los Juegos Florales son personas que conocen todo el proceso de organización de dicha actividad, sería muy productivo dejar que personas especialistas en letras tomen las riendas, para poder llevar a cabo esta actividad de manera más objetiva y menos ornamental.

El panorama de jueces y participantes debe ampliarse, buscando extender la colaboración más allá de Centro América y el sur de México. Sería bueno que la cesión de derechos de autor de la obra ganadora dure uno o dos años, para que, así, el escritor pueda utilizar después su trabajo como quiera. Buscar el patrocinio de importantes empresas editoriales, para tener un mejor respaldo y una edición más presentable en la que, de ser posible, cada uno de los trabajos tenga su propia impresión. Así como elevar la cantidad monetaria del premio, para que de esta manera los escritores se sientan más motivados.

Es importante, además, crear una página de los Juegos Florales, con el fin de tener toda la información de los ganadores y de sus obras, así como para darles un seguimiento después de pasado el evento. De esta manera se podrá convertir a los Juegos Florales en un festival literario en el que participen los premios nacionales de literatura y otros escritores de renombre.

En fin, es necesario renovar el sentido del certamen, pues los trabajos ganadores son un intento de renovar las letras y el arte. Recordemos que no es una sonrisa ni un rostro bello el que se corona, sino la literatura a través del ingenio humano.

viernes, 21 de septiembre de 2007

El topo, el ciego y el diablo: un vistazo al cuento ganador en los Juegos Florales


Al ras del suelo

Por Gabriel Rodríguez

Que las larvas se hagan adultas y puedan volar, y desprenderse del suelo, es una cosa. Si las larvas se quedan como así, y siguen arrastrándose como el gusano, el topo y el Diablo que son… muy cerca de la tierra, más cerca que otros seres, más cerca del inframundo.

Tales arquetipos dan la talla con creces, para que se hayan escrito y se sigan escribiendo miles de kilómetros de palabras, miles de toneladas de papel, miles de galones y toneladas de tinta. De algún modo son seres que tienen varias cosas en común: son seres venidos a más, precisamente porque han venido a menos, con poderes y sensibilidades especiales. En otras palabras, les ha sido posible el contacto con otros niveles de realidad y conciencia, gracias y a pesar de haber caído en desgracia; por lo que se arrastran, hacen túneles ciegos, se han caído del cielo.

El topo, el ciego y el Diablo. Tras un título muy sugerente, que al inicio de la lectura puede sonar a una fábula de Esopo, es posible darse cuenta que afortunadamente es un título más que literal, como toda la narración.

En efecto, el escritor guatemalteco, Adolfo Escobar, su autor, utiliza un amplio espectro de sugerencias. Como espectros son los tres protagonistas, una extraña trinidad de misterios latentes en el curso del cuento. Tres seres especiales, en cierta forma, como ya se mencionó, venidos a más, precisamente por haber probado los amargos sabores de la desgracia. Exiliados del mundo de las personas “normales”, pero con acceso a poderes, fuerzas y mundos paralelos al cotidiano. Entre dos mundos, el que está sobre el suelo y el que está debajo de él. Al ras del suelo, son mensajeros y conductores entre ambos. Gusano, topo y Diablo son tres vasos comunicantes con un mundo, que tanto al lector como a los habitantes de El Calvario y los otros dos pueblos cercanos, apenas pueden acceder, imaginar, mas no comprender, no al menos con la cabeza.

Personajes salidos de un mundo pequeño y olvidado. Lo más pequeño y simple, la base de lo grande y lo complejo, es por eso mismo el pueblo de El Calvario misterio de alguna parte del oriente de Guatemala. Un pueblo venido a menos… y hasta el lugar más próspero, su cantina, elegante y todo, con “dos putitas y un mariposo”. Cuando los tres sujetos se fueron sumando uno a uno al poblado, éste empezó a marchitarse y a morir, mientras los tres misteriosos presenciaban su destino circular.

Escobar Hernández pone la historia –y luego ella misma se narra a través de sus personajes-, en un ambiente mítico, de un área semirural, donde sus seres sobrenaturales brotan de entre las piedras y las grietas de un paisaje reseco, cubierto de un polvillo rojizo arrastrado por un viento que, a pedazos, va arrancando y desmantelando a El Calvario –nombre muy adecuado para su desventura-. Allí, los tres seres que viven al ras del suelo y/o debajo de él, enfrentan su último destino tan esperado. Un paralítico de fuertes manos, “El Judas. El vendido. El traidor residente en el pueblo.”, instrumento material de un ciego “Dios pagano de espejuelos negros en busca de otro sacrificio”,… mientras encuentra el destino con un ladrón de “cien caras” y “cien disfraces” que le robó su tesoro más preciado.

El viento arrastra no sólo el polvo rojizo sobre el pueblo y un río –donde “el diablo se echó el último polvo”-, una narración fluida en tercera persona, con alguna brizna de diálogos e imágenes poéticas, a fin de tener y equilibrar los ritmos de la narración misma. Llevando consigo la voz del narrador, una atmósfera de suspenso, desalación y soledad, que hasta último momento no cerrará el triángulo de los destinos.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Los gigantes: un vistazo a la obra de teatro ganadora de los Juegos Florales


Portada diseñada para la publicación de la obra,
proporcionada por el autor, Antonio González.


Por Vania Vargas

Los gigantes, comedia en dos actos, escrita por el dramaturgo guatemalteco Antonio González, es una obra que transcurre en una cámara negra, es decir, un escenario oscuro, con fondo negro, en el que la luz se centra sólo en los detalles que el director indica. Allí aparecen, únicamente, un par de bancas y una mesa. En ese espacio interactuarán tres personajes: Víctor, Demetrio y un peatón.

Los dos primeros leen los periódicos del día, hechos con sobrantes de otras fechas, mientras esperan que el reloj avance hasta cerca de la hora del almuerzo para salir a comprar verduras, una tarea que se imposibilita debido a la amenaza de los Gigantes, que han condenado, a toda la ciudad, a permanecer en el encierro ante el temor de su nueva aparición.

De esta manera, la atmósfera que rodea a los personajes se torna onírica. La conversación salta de los gigantes al teatro, los bares, los periódicos, los cines, y retorna al mismo punto. Todo en un mismo lugar, sin nombre, sin tiempo, donde sólo existen ellos y el miedo, entre elementos invisibles: edificios, platos, cubiertos, comida, una puerta, un garrote, y los Gigantes que no son más que la creación del tercer personaje, que luego de participar como peatón y vecino, confiesa ser dramaturgo.

Así, la obra, Los gigantes, se presenta como una creación lúdica en la que se hace manifiesta la incomunicación, la repetición, la monotonía y la angustia de la sociedad contemporánea, características todas del movimiento teatral de los años 50, conocido como Teatro del absurdo.

El mismo autor, Antonio González afirma: “mi teatro es irónico, tiene algo de humor negro y sí, tiene elementos absurdos. Pero mi obra puede ser también, y por qué no, teatro alternativo, teatro antropológico, teatro autobiográfico, teatro de environment, teatro de la crueldad, teatro de teatro, teatro espontáneo, teatro experimental, teatro mecánico, teatro invisible, en fin, términos que no me he inventado yo, sino que existen como herencia de la posmodernidad y la era contemporánea. Podría citar muchos más ejemplos de esta disgregación del teatro. El teatro para Antonio González es teatro. No hay más. Es un teatro que no pretende más que presentar al público una situación generada a raíz de los propios personajes, donde la intervención del autor es mínima, donde son ellos quienes definen lo que sucederá, con coherencia y concordancia con la realidad propia de cada uno".

Ahora, a llevarla a las tablas.

lunes, 17 de septiembre de 2007

Casa en la mirada: un vistazo al poemario ganador de los Juegos Florales



Por Carmen Lucía Alvarado

Las palabras de dos poetas mexicanos de la Vanguardia, Jorge Cuesta y Gilberto Owen, abren el camino hacia dentro del alma, del cuerpo, pero sobre todo, del la casa. El poeta mexicano, José Landa, ganador de los Juegos Florales Hispanoamericanos con su poemario "Casa en la mirada" no vacila en utilizar un espacio físico, real y cotidiano como escenario de la mutación del alma, como un resultado de la mera convivencia del poeta con su entorno. Todos los elementos de la existencia no necesitan más que cuatro paredes para germinar, con agua y aire convertidos en cosas que pasan entre habitaciones y sonidos que se mueven entre un buró y las ideas cayendo a un teclado, en un día cualquiera.

El exterior, el paisaje y la vida fuera del rectángulo de los días bajo techo, son una forma de sentir, ajena, que funciona más bien como una referencia seudo-visual e intuitiva, en la que se unen las palabras por una comparación de los sentidos y los objetos,“ (…) un bosque donde plantas, ríos, árboles son La sombras de los objetos cotidianos.”
La luz de las palabras en una luz somnolienta y desvelada, los días son porciones de espacio cargadas de palabras, creando esquinas, uniendo recovecos e imaginando amaneceres.

21 poemas se unen en palabras directas y una mirada que conecta la imagen de la soledad antes del amanecer. Humedad y pensamiento corren el riesgo de confundirse entre sí, pues marcan el paso de una silueta que se gasta lentamente, en pequeños pasos, en unos cuantos metros cuadrados. Son ideas que entran en el entorno del lector con cierta ligereza, pues para nada son imágenes ajenas, son ventanas, zapatos, teclados, etc., pero esas imágenes de la monotonía se trabajan a través de la mirada de la experiencia poética en la que las goteras o la humedad son la constancia de que existir “Es este estar aquí, de la memoria, este escribir por dentro de nuestra historia de aromas, tactos, ruidos y sabores que torpe olvidas, tiempo en el viraje del signo interrogante de tu viaje”.

viernes, 14 de septiembre de 2007

Juegos florales hispanoamericanos (Comedia en un acto)

Las letras quetzaltecas se vistieron de fiesta. Se entacucharon, llenaron la biblioteca municipal con pino, sentaron en el frente a las reinas representantes de la cultura –que no pueden faltar- y celebraron, así, su jornada literaria internacional. (aplausos)

Ahora sí hubo cambios, aprovechando el prestigio del evento. Ya no se analizaron las obras ganadoras, y el certamen se dedicó a un escritor no guatemalteco, Sergio Ramírez Mercado, elegido –según don Salva- luego de pensar en varios nombres y descartar otros porque la distancia hacía mucho más caro el pasaje de invitación (aplausos).

Todo un espectáculo que llega a su punto más alto cuando el gran escritor es atacado con abrazos, por un borracho, al final de su discurso, e interrumpido en lo mejor de su intervención interactiva con el público por la súbita aparición del presidente de la fraternidad quetzalteca quien anuncia, con efusividad, “el evento más importante de los quetzaltecos: la elección de Reina Nacional”.

¿Anuncio fuera de lugar? Claro que no. Resulta que quieren contar con la presencia del intelectual nicaragüense a quien, entre su amplia cultura general, no deberá faltar la apreciación de la belleza femenina, y seguro matizaría el magno evento con el tinte intelectual que caracteriza a la Cuna de la Cultura.

(Aplausos, abrazos, sonrisas, besos a diestra y siniestra, ¡qué lindas las reinas!, ¿dónde va a ser el almuerzo?, ¡hay que hacer un espacio para seguir disfrutando del excelente criterio de Ramírez en la magna elección!)

Bienvenidos a la tumba de la cultura.

Vania Vargas

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Música, poesía y video

El 11 de septiembre en Xela se dio un golpe contra los símbolos del poder cultural en la ciudad con Poesía vrs. Poesía.

14 poetas jóvenes guatemaltecos se enfrentaron en un duelo poético en siete rounds.
Fotos: Vania Vargas


Todo un espectáculo visual y sonoro en que se mezclaban
las imágenes de Paula Morales, la música de Jethro Zepeda y la voz de los poetas.


Juan Pablo Dardón.


La actividad fue organizada por Crea, Metáfora y Revista Luna Park.

Al finalizar, la actividad se trasladó a La Serpiente.

En La Serpiente se presentó el libro Síncopes, de Alan Mills, recientemente publicado en Perú.

Javier Payeras y Alan Mills durante la lectura de presentación.


Algunos de los asistentes.

lunes, 10 de septiembre de 2007

Poesía vrs Poesía


Mañana miércoles 11 de septiembre en el auditorio de la casa de la cultrua de Xela varios poetas contemporáneos guatemaltecos se reunirán para leer su trabajo, en un ambiente de música electrónica y fotografía.
Además se presentará la reciente edición de la antología "Aldeas mis ojos: 10 poetas guatemaltecos después de la posguerra".
La cita es a las 6 de la tarde. Los esperamos.

sábado, 8 de septiembre de 2007

Armonía ecléctica

La casa de la serpiente abrió sus puertas para llevar a cabo una actividad más organizada por Metáfora.


La casa de la serpiente abrió sus puertas con una lectura de poesía.


La música estuvo a cargo de Dj Affa.

Los organizadores: Aníbal, de la Serpiente; y Marvin García, de Metáfora.

Carolina fue una de las poetas debutantes en Armonía ecléctica.

jueves, 6 de septiembre de 2007

Debate sobre la Poesía

Anoche se llenó el Centro Cultural Luis Cardoza y Aragón, durante la lectura y debate de poesía que organizó el Movimiento Emergente 16 de Abril. El tema: la poesía como arma de lucha social... buen punto para debatir.
Los dejamos con algunas imágenes de la actividad y la invitación para que nos dejen sus comentarios acerca del tema: ¿Es posible seguir pensando que la poesía puede ser un arma de lucha social?
Participen.


El inicio de la actividad estuvo amenizado por un poco de música.




La convocatoria fue lanzada por el Movimiento Emergente 16 de Abril.



En la lectura de poesía participaron poetas de Xela como Martín Díaz y Gabriel Rodríguez, entre otros.

El Centro Luis Cardoza y Aragón se llenó.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Homenaje a Julio Cortázar


A finales del mes pasado, el mundo entero recordó el nacimiento de uno de los más grandes escritores hispanoamericanos, el argentino Julio Cortázar. Hoy, nos unimos a ese homenaje con un texto de Rodrigo Pérez Nieves.

Rue de Seine

En el fondo- dijo Gregorovius- París es una enorme metáfora. A principios de los 70´s con 20 años a cuestas leí a Cortázar, él tenía 57 y ya estaba en París. Empecé a soñar con viajar un día a París —París Maga, París Vallejo, París metáfora existencial, París cronopio—, con el único propósito de visitar los lugares que el escritor de aquellos libros me hizo soñar. Adquirí la costumbre de leer a Cortázar acompañado con un mapa de la ciudad. Con el sueño del viaje utópico, buscaba en el mapa cada calle o plaza que encontraba en sus novelas y relatos.
En el año 1980 ( Cortázar vivía en París) viajé de Alemania (donde estuve mas de dos años estudiando) a París con un carné de estudiante, el pasaje más barato en un vagón de segunda. Dos noches y tres días en París. No olvido esa época a pesar que en el 92 regresé nuevamente, la primera impresión no se borra de la retina. Llegar a los Campos Elíseos hasta el Arco del Triunfo, luego al palacio de Charlot y desde luego a la Torre Eifel, abordar un barco panorámico y navegar el Seine hasta llegar y encontrarme con la Maga en el Pont des Arts, ( ironía, ninguno del grupo entendió de quién hablaba). Después de estar con los compañeros de viaje me separé del grupo para llamar a un amigo vietnamita (nos conocimos en Alemania en la escuela de Soldadura en Mannheim, era exilado viviendo en París) y conocer el barrio Latino.

Muchos creen conocer París pero no hay que creerles, las caminatas por la ciudad en busca del cielo y el infierno tienen su contracara; hay rincones, calles que uno podría explorar el día entero, y aún de noche, y no se llega a conocer París. Es una ciudad fascinante; es como un corazón que late todo el tiempo; es un lugar que no se conoce en una vida; es otra cosa. Yo digo que París es una mujer; y es un poco la Maga ...la mujer que todos buscamos. Lo esperé en el Pont des Arts que lleva al palacio de Louvre. En ese momento me vinieron a la mente algunas pocas palabras del comienzo de Rayuela: “la luz de ceniza y olivo”, la “pinaza color borravino” (la primera vez que la leí tuve que auxiliarme del diccionario para hacerme una idea del color borravino), la silueta de la Maga deambulante o detenida, pero finalmente ausente. El Pont des Arts, el puente de la Maga, un acogedor pasaje de madera sobre el río Sena, donde Oliveira llegó a cumplir, cuando era tarde, con una cita que no había sido acordada, fue el sitio elegido para encontrarme con el amigo vietnamita.
Mientras esperaba, gozaba escuchando a un grupo boliviano con quenas, zampoñas y tambores interpretando “El Cóndor pasa”. Parejas enamoradas y solitarios pensativos contemplaban el cuadro. Me recosté de lado en el pretil de hierro, a mirar el río y la vida del puente, a dejar pasar, inconsciente y abierto, una ruidosa multitud de sensaciones que sólo entendería con el tiempo: las pinazas de diversos colores, las Lucías y Horacios, Colettes y Bernards, Gekrepten y Oliveira, los amigos del Club de la Serpiente ignorándose, huyéndose o buscándose. Apoyado en el pretil del Pont des Arts, recordé una vieja conclusión:
El desflorado, muerto y espantoso pasado
¿habrá de restaurarnos con su sobrio aletazo?
Los instantes cargados de vida sólo pueden ser comprendidos con el tiempo. El instante pertenece a los sentidos.

Recuerdo el instante. Cerré los ojos, aspiré el olor de París, al abrirlos vi al otro lado del puente, en la misma baranda, a la Maga volando en el cielo y a Cortázar en algún café de ese París enigmático.
Cortázar murió en el 84, en el 92 que tuve la oportunidad de volver con unos amigos suizos a París, estuve en dos cementerios, el Père Lachaise donde visité la tumba de Miguel Ángel Asturias, el camposanto más famoso del mundo, donde reposan escritores, artistas, pintores, cantantes y bohemios famosos. Caminar por ese cementerio es dar un tour cultural a nuestra civilización, y el Montparnasse, (Monte Parnaso) de la alta burguesía parisina, cementerio que tiene algo del Camposanto General de la ciudad de Guatemala, tranquilo, vegetal y de piedra, una sosegada isla de silencio en la ciudad. Allí sí se descansa.
La tumba de Cortázar es difícil de encontrar a pesar del mapa que se puede solicitar en la oficina a la entrada del cementerio. Hay que tener cuidado en leer las señales, lo que aparece como avenidas son más bien calles, y las calles, senderos estrechos. Una loza de mármol tenía escrito el nombre que buscaba: Julio Cortázar (1914—1984)

Ya sólo ante Cortázar traté de aceptar la realidad. Había sido un privilegio pasar por aquella experiencia, entonces respiré varias veces, lenta y profundamente. Luego me senté con cuidado sobre su tumba y medité que es inútil encontrarle explicaciones a las cosas que ocurren, la vida se extingue a cada instante y había que vivirla y aceptarla a manos llenas, con la remota esperanza de entenderle sus sentidos más profundos algún día. Hoy lo cumplo.