lunes, 17 de marzo de 2008

El club de lectura Jane Austen, de Karen Joy Fowler/Intertextualidad: un rompecabezas para el lector exigente


Por Diana Vásquez

Cuando se trata de comentar sobre escritores estadounidenses actuales existe cierta reticencia para abordarlos, sobre todo si últimamente llueven libros best seller que, literariamente hablando, provocan a la vista de aquel lector exigente cierto desaire y dolor de gusto por las cuatrocientas a seiscientas páginas que sólo dejan un aliento a programa policíaco de fin de semana, es decir, dos horas (porque siempre pueden verse dos episodios seguidos) que entretienen, pero que después se olvidan sin ninguna complicación.

A parte de la situación sociopolítica y financiera que realmente no me importan, no simpatizo ni con la cultura ni con las ideologías puritanas y moralistas que pintan los gringos, que por cierto son muy sencillas de venirse abajo con cualquier escándalo en la Casa Blanca. Pero en la literatura siempre hay gente que reivindica la tierra en que nace aunque sea una mediocre tierra como Guatemala o una hipócrita tierra como Estados Unidos.

Bueno sin más preámbulo me centro en lo que quiero decir, y hay tres puntos a favor del libro que voy a comentar. Uno, fue escrito por una mujer -buen punto si se toma en cuenta que son escasas las mujeres que escriben narrativa-. Dos, es un libro que obliga (de “obligatoriamente”) a leer por lo menos seis libros antes que a él mismo. Y tres, es gringo, muy gringo, pero de esos que vale la pena leer, ¿por qué? Muy sencillo, muestra ese sistema gringo, sin idealizaciones, ni esperanzas y roza la línea severa del quitar máscaras y enfrentarse al rostro mismo, con personajes humanos en situaciones reales y fuera del típico grupo intelectual que se relaciona por medio de la literatura, pues su tema en común es ser lectores de Jane Austen.

Es aquí donde la intertextualidad entra en juego. Con este término se puede definir a la técnica del escritor que está consciente “que no hay nada nuevo bajo el sol”, pero que no repite precisamente lo que él ya ha leído, sino vuelve a interpretar las lecturas y forma entonces un material fresco con una base segura. Ese escritor que no pretende saberlo “todo” o creerse más sabio que los autores que vivieron antes que él. No se copia por falta de ingenio, sino por recuperar aquel texto de aquel escritor que viene al caso, en lo que se intenta expresar en un nuevo contexto, o simplemente crear una nueva novela en la que se muestra que el ser humano es el mismo a pesar de las épocas, los países, las edades y los géneros.

Karen Joy Fowler es la autora de El club de lectura Jane Austen, en donde seis personajes (cinco mujeres y un hombre) se relacionan estrechamente con seis libros de de la escritora inglesa Jane Austen (Emma, Sentido y sensibilidad, Mansfield Park, Orgullo y prejuicio, Persuasión y La abadía de Northanger). Con ese referente la autora ya ha complicado un poco el asunto, pero lo complicará más. La intertextualidad se refleja por todos lados. Los personajes se reúnen una vez al mes desde abril hasta a agosto, para comentar cada uno de los libros, uno por uno, en casa por casa de los seis integrantes del club. En medio de estas reuniones, se desarrolla el perfil del anfitrión en la voz narradora que también es parte del club, aunque no se sabe en realidad quién habla. A parte, en la mente de cada anfitrión se viaja del pasado al presente en menos de cuartos de párrafo, lo que convierte la novela en un rompecabezas más o menos ordenado, que si no tuviera ese esquema: casa, mes, personaje, novela, la historia se convertiría en un caos al estilo Faulkner.

Cada personaje del club de lectura de Fowler, juega con cada novela de Jane Austen, pues cada personaje de las novelas de Austen, se conjugan con las características de los personajes del club. Fowler como Austen dan a cada personaje roles en la trama (Algo parecido a lo que hace Michael Cunningham en Las horas con La Señora Dalloway de Virginia Woolf, una intertextualidad completa). Aquí es donde las dos, Austen y Fowler, tienen algo en común: ramifican la historia en cadenas humanas que se relacionan entre sí, como la vida real. Es por eso que en esta novela, de trescientas y pico de páginas, encontraremos lo complejo de la vida de los seis personajes, con sus recuerdos, madres, parejas, hijos, perros, libros, opiniones, sentimientos, experiencias, nombres, lugares, etc., etc., y en algún lugar del rompecabezas encontraremos algo que tiene que ver directamente con nosotros los lectores.

Es un libro peculiar, con personajes peculiares, a pesar de estar dentro de la “normatividad de las épocas”, y con un intelectualismo abstracto que se pesca entre líneas, porque reta al lector a conocer un poco de todo, ya que es un libro que habla de libros y vidas que hablan de vidas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, siempre he pensado eso de la mayoria de libros de USA. Se leen como ver una pelicula corta o un programa de tv. Es como entretenimiento para desconectar el cerebro antes de ir a dormir. Pero la forma en que lo pusiste, muy bien hecho.

M.

Anónimo dijo...

Hola Diana,

Cómo tu bien dices, algunos hay buenos. Por cierto, en uno de esos viajes fugaces en pleno vuelo ví la película sobre este libro, mal del todo no esta, por lo que esta bastante interesante considerando que siempre los libros llevados a la pantalla grande son totalmente mutilados, este se salva, es un poca lenta, pero mantiene el interés y sobre todo te invita a leer los libros en mención.

Salu2 y en hora buena por la escritura.

Scarleth

Anónimo dijo...

VI LA PELICULA BASADA EN ESTE LIBRO Y ME ATRAPO TOTALMENTE, ME PARECIO ENCANTADORA Y ADIVINO UNA BUENA ADAPTACION DEL TEXTO, ADEMAS DE MOTIVARME A SABER MAS SOBRE JANE AUSTEN (YA LO HICE) Y LEER LOS CUATRO LIBROS QUE ME FALTAN PUES YA LEI SENSE AND SENSIBILITY Y ORGULLO Y PREJUICIO.