sábado, 22 de marzo de 2008

Gabriela Navassi: in memoriam


Su nombre estaba en la lista de las mujeres que este mes escribirían sobre mujeres. La muerte se nos adelantó. Hoy le dedicamos este espacio, su espacio, a su poesía y su recuerdo, como un homenaje y un pequeño agradecimiento por la enorme enseñanza de fuerza vital que nos dejó.


*
Algas en la ventana. Una fotografía ronda en mi lengua, gris como la textura de tus uñas. Decidí que no; que tras darte las venas de mis párpados, de respirar la sal con cicatrices de tu espalda, el esófago es sólo una marioneta rota. Algas en la ventana, sí, sobre todo algas.

*
Ella depende del espacio ajeno; se mueve largamente en una casa de dos plantas. Amplían su cocina, camina descalza. Ella es normal al mundo, ves como finge fragilidad. Aprendió a mentir con cada sábana, la mano que la toca le raspa las rodillas. Nada la obligó: a veces está triste porque no tiene ventana. Lo justifica todo, su voz es una caja, su vientre está cansado de albergar esperma. Que no lo sepa nadie. Sus labios inflamados y sus niñas muertas son sólo maravillas del hogar.


*
Con hecho pensado

Muero,
desangro,
vuelvo hueso.

Cargo mi ataúd
y me acompaño.

Cavo y me entierro,
me echo flores
y toco la marcha negra.

Todo lo sabía de antes.

Yo misma
encendí
mis velas.


*

Ella besa la sangre
que regué bajo sus pies.
Camina entre mis velos, distante e insolente
pisoteando todos
mis reflejos mudos.

Ella aprieta
las gotas transparentes
en sus dedos,
habla y dilucida
las formas femeninas de mis trazos.

Bien sabe
que el espejo caerá cuando me pierda,
y que su voz ya no hablará
reclamando claroscuros.

Ella me borra
de sus cuatro rincones huecos,
me parte,
y se advierte otra
en ella misma.


*

¿Pecado?
Pecado:
Orden de no ser vos mismo –el bueno-
sino la basura, abulia y reprimido
que Ellos quieren.


*

Me sentaré junto al reflejo muerto,
cualquier otro instante me rescataría.

Talvez fumaré
romperé un libro
me pasaré de copas
y seré infiel.

Quizá el instante me mate,
Cayendo en ruinas sobre mis dos sombras...


*

Y si el árbol y si el aire si la hora. Tanto lugar común en los zapatos. Ella se inyecta algas, y su casa: 4 paredes nulas, agujeros, 6 estalactitas y la charla de las 10. Un simulacro, acrobacia de la risa, lágrimas de máscara.


*

Ella dice que el mundo es una esfinge sorda / Ya la escuchaste / Lucía / y ya cansada / desayunaste el cuento con todo y sus princesas / Ella no es rubia / y hace meses / su único adjetivo era: invisible / Todo mentira (era más fácil) / y qué puede valer que tú / lleves Babel colgando del bolsillo y que las plumas / abran tu boca y tiranicen tus muñecas / Vuelve a la cama / Lucía / y sobre Ella / ponte el velo de nieve / de la sal.

*

Sin reloj en la muñeca estás desnuda / Sin apremio del trabajo / del tabaco / de la muerte a quien deseas en la esquina esquina de miedo esquina de orgullo / rincón de trapos sucios / de lo que harás nunca / de mi tacto que te ahoga / y te detiene / y te demora / y te disfraza / y te dilata la sangre de las sienes y te grita que el silencio es la renuncia / que es la sal / que sí es la muerte.

*

Reanuda el espejo la tarea
de buscar un agujero en las rodillas
y penetra en la cabeza del que cree
que callar los ojos y esconder las piedras
es hacer que la inmundicia no se vuelque
y ejecuta entonces lo que noche
lo que tarde
lo que diario
da un motivo de quebrarse entre la gente

*

Estiro la tarde en la ventana / la noche es sórdida la noche / y ahora mismo / podría pedirle a Dana más consuelo / que llevara / esta hora misma más allá de esta hoja muerta / del sillón / de esta amalgama de terror / de esta amargura / que perfora el vientre de la calle.

*

Un agujero diminuto se traga tus pies/ Qué raro es verte pequeña / reducida / con un cuenco de terror sobre las piernas / Qué raro es verte cubierta de cera... / peinándote la cara / lacerando aves de tiza / dando cuerda a las paredes que han de hallarte sumergida / entre las hojas del sopor que no adelanta las agujas / disipada de tu cuerpo / del error.

*

Tus pies dibujan un círculo / Yo balbuceo detrás de los anteojos / separándome un centímetro / Después / se difumina la silla / la linterna / Es más estrecha la carne / es más cruda la caricia / Los oídos se inventan una ola en la ventana / un tacto de madera en la espalda / Paloma mensajera mi mirada en tus rodillas / Tan falsa es la distancia...

*

No quiero adivinar los ángulos de tu cerebro / Prefiero verte muda / verte pez / escucharte troquelada / con el vidrio entre las sienes / grano frágil / sal pequeña / estalactita.

*

Un simulacro, Lucía / El sonido de los grillos / esta noche angosta / mis dedos que no saben si tocar tu espalda / porque no conocen más que tus dos ojos / Todo es mentira, Lucía: / tus dos piernas / tu mirada oblicua / y esta tarde absurda que te encierra entre estos libros y esta gente / y la promesa de un café otro día / Ni tu piel blanca / Lucía / ni el reloj de color verde en tu muñeca / que profetiza giros / vuelta al centro / y un número infinito de saliva / Porque el futuro / Lucía / es tan ridículo y extenso que no cabe / y si no es hoy ya no habrá almuerzo ni salida / o gatos blancos ronroneando en esta silla / ni esperanza / ni recuento / ni quién sabe / el agujero / y el conejo / y esta historia / corre el riesgo de no ser.

*

Sólo quiero dormir segura / de que bajo mi cama no se esconden / el odio /y el cansancio / y el hastío / y que Lucía al despertarme es más real.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por tus poemas gaby, gracias por tu vida.

Anónimo dijo...

Gaby, te echamos muchísisimo de menos, sin ti el club es una casa sin luz, sin embargo estaremos ahí para darte las gracias día a día por habernos introducido y darnos el placer de la lectura.

Onde kiera q tes, q tes bien..

Scarleth

Anónimo dijo...

El dolor de la muerte no es instantáneo. El pijazo de la noticia te deja adormecido, incapacitado para sentir. Con los días aparece el dolor. Es un dolor egoísta, no lloro por ella, lloro por su ausencia en mi vida, su cicatriz en mí. Me duele los cafés que no acompañarán las charlas prolongadas,la cerveza que ahora debo beber en soledad. Me duele los libros que no me recomendó, las páginas que no compartimos, los mensajes que no llegarán, la cosquilla furtiva en la palma izquierda que ya nunca más. No me importa mucho que ella no vuelva a probar el vino verde, o el salmón con mantequilla de toronja, el pastel de chocolate o el doppio de los miércoles para soportar la tarde y el resto de la semana. Me importa que ya no estará conmigo, que tendré suplir el vacío (como si fuera posible) con alguien menos apasionado e irreverente.

Gaby y el café, Gaby y el té, la poesía, las hadas, Tabucchi, Talens, la posmodernidad, las corbatas de papá, Gaby y los niños del club de lectura, los gatos, las mariposas, el trébol de tres hojas. Gaby y el color verde de los jueves, Gaby y la luz amarilla de la cuaresma guatemalteca, las caminatas sobre flores de jacaranda, Gaby y las lluvias de agosto, el viento de noviembre, el frío de diciembre. Antigua Guatemala, los volcanes, los celtas, las brujas, la canela, Diana Krall, el francés. Gaby y Sophos, Gaby y las letras, los dragones, los pañuelos. Gaby en mi vida, inolvidable, poderosa, magnífica... F.

Anónimo dijo...

Por esas primeras veces, por las que faltaron y por las que encontraremos en algun lugar.

Sp.